España frente al “cuñao” navideño: radiografía del Grinch de la Navidad
La Navidad se acerca con toda su mezcla habitual de ilusión, luces, regalos y sobremesas eternas. Pero junto a lo mejor de estas fechas, llega también uno de sus grandes villanos contemporáneos: el cuñao. Ese personaje que no siempre es, literalmente, el cuñado: puede ser un primo, un amigo de la familia o un conocido que aparece en todas las cenas con una opinión para cada cosa… y con la convicción inquebrantable de tener siempre razón.
Para entender cuánto pueden influir estos personajes en nuestro disfrute navideño, ampliamos el estudio del año pasado y encuestamos a 10.000 personas en toda España. El resultado: una radiografía tan divertida como reveladora sobre el cuñao nacional y el impacto real que tiene en estas fechas.

Algunos de los resultados más relevantes son:
El 92% de los españoles conoce a algún cuñao y, de estos, un 97,3% coincidirá con uno durante las fiestas. Sin embargo, solo un 17% reconoce serlo o haberlo sido.
El 75,3% afirma que un cuñao puede arruinarles la Navidad, convirtiéndose en su principal motivo de estrés festivo.
Nochebuena es el día con más probabilidad de encontrarse con uno (63,8%), seguida de Navidad (39,1%) y Reyes (30,4%).
Lo que más irrita de ellos: su necesidad de tener siempre razón (65,2%), sus “bromas” casposas (42,6%) y preguntas incómodas o invasivas (36,3%).
Tiene fuerte presencia digital: Twitter/X (61,9%), Facebook (54,3%) e Instagram (47,2%). TikTok es el único “refugio” con solo un 25,1% de cuñaos.
Cuando el cuñao entra por la puerta, la paz navideña sale por la ventana
Según la encuesta, convivimos con una auténtica plaga emocional: el 92% de los españoles asegura conocer a algún cuñao, lo que deja a un afortunado 8% viviendo en un país paralelo. Pero la cifra más reveladora llega después: el 97,3% de quienes tienen uno en su vida coincidirá con él en algún momento de estas fiestas. Y no es una coincidencia inocente, porque para tres de cada cuatro encuestados (75,3%), este personaje puede convertirse en la principal razón por la que no disfrutarán plenamente la Navidad. Visto así, no solo opinan sobre cómo deberíamos vivir… también parecen empeñados en robarnos las fiestas.
La convivencia navideña con el cuñao tiene un calendario claro. Nochebuena es la gran trinchera, donde un 63,8% admite que tendrá que lidiar con él. Le siguen el día de Navidad (39,1%),Reyes (30,4%) y Nochevieja (21,8%). Y entre tanto compromiso, solo Año Nuevo ofrece un pequeño respiro: un 13,1% lo considera una jornada libre de cuñaos.
Durante estas reuniones, el cuñao despliega todo su repertorio. Lo que más irrita, según los encuestados, es su obsesión por tener siempre la razón, algo que menciona un 65,2%. En segundo lugar aparecen sus chistes y los “comentarios inofensivos” – que ellos suelen llamar “bromas” -, señalados por un 42,6%. Pero una parte importante del malestar llega cuando invade territorios privados: un 36,3% apunta a preguntas incómodas sobre hijos, parejas, peso o vida personal como su mayor fuente de enfado. Un 24,3% de los encuestados votaron por los comentarios “inofensivos” y un 5,7% por otras opciones.
El impacto no termina ahí. La reacción del entorno determina si la cosa se queda en anécdota o escala a tormenta navideña. Casi la mitad de los presentes (48,2%) suele seguirle el juego, un 41,7% discute directamente y un 38,2% intenta cambiar de tema a la desesperada. Un cóctel perfecto para convertir cualquier cena familiar en una partida de Jenga emocional.
Hombre y de derechas, así es el cuñao de España
Aunque casi todo el país afirma conocer a un cuñao, solo una parte está dispuesta a mirarse al espejo: el 17% reconoce serlo, aunque sin intención aparente de corregir el comportamiento. Aun así, el dato que más sorprende no es ese, sino lo fácilmente reconocible que resulta este personaje cuando aparece en cualquier reunión familiar. Tanto que con las respuestas de los 10.000 participantes del estudio ha sido posible hacer una recreación gráfica del cuñao medio en España.
Así es el cuñao español según los datos de la encuesta:

Perfil de cuñao en España | Imagen generada con IA |
|---|---|
Hombre: | 92,9% |
Edad: | Entre 44 y 59 (Generación X) |
Estatura: | 1,6 - 1,7 cm |
Tendencia política: | derecha (28,6%) |
Atractivo: | 3,1 sobre 5 |
Temas de conversación | |
Política: | 75,2% |
Historias personales de dudosa veracidad: | 51,7% |
Economía: | 48,1% |
Deporte: | 33,2% |
Temas internacionales: | 30,9% |
Tecnología: | 21,6% |
Ciencia: | 19,1% |
Otros: | 10,9% |
Más allá del físico y los temas de conversación, destaca su “versatilidad” para opinar y dar consejos. El cuñao español se presenta como experto en casi todo: desde consejos de vida (85,9%) hasta bricolaje, fontanería o mecánica (52,1%). También se siente autorizado a hablar de conducción (39,6%), cocina (19,8%) e incluso de imagen y estética (17,6%), aunque nadie recuerde haberle pedido opinión sobre nada de esto.
Y ojo: el cuñao contemporáneo ya no es un personaje tradicional anclado en la sobremesa. Tiene presencia digital. De hecho, el 61,9% está en Twitter/X, el 54,3% también en Facebook y casi la mitad (47,2%) usa, además, Instagram. La única red social relativamente a salvo es TikTok, donde solo un 25,1% afirma estar presente. YouTube (19%) y Google Reviews (15,8%) también son territorios con actividad cuñadil frecuente: comentarios “técnicos”, reseñas con tono profesoral y algún que otro sermón disfrazado de opinión útil.
Pero no todo son malas noticias. Contra todo pronóstico, los cuñaos no son trolls: el 85,1% asegura que no creen que generen hate en redes. Su figura es más de opinador incansable que de hater digital, lo cual, en perspectiva, casi resulta un alivio.
Conclusión: cuñao visto, cuñao sobrevivido
La fotografía que deja este estudio es clara: los cuñaos están por todas partes —el 92% de los españoles convive con alguno— y casi todos tendremos que lidiar con ellos estas fiestas. No solo monopolizan sobremesas y discusiones: para tres de cada cuatro, pueden ser incluso la razón principal de no disfrutar la Navidad. Su retrato robot confirma lo que todos intuíamos: un personaje seguro de sí mismo, opinador incansable, experto en temas que nadie le ha pedido y con presencia digital sorprendentemente activa. Pero, al final, más que villanos navideños, son parte del folclore de estas fechas. Nos desesperan, sí, pero también ayudan a escribir las anécdotas que acabamos recordando año tras año. Con cuñaos o sin ellos, la Navidad sigue adelante… y siempre con historias nuevas que contar.
Metodología
Este estudio se elaboró a partir de una encuesta nacional realizada a 10.000 personas distribuidas. A partir de sus respuestas se obtuvieron porcentajes representativos tanto a nivel estatal como provincial, lo que permitió construir un retrato estadístico del cuñao español en contexto navideño. Con esta base se analizaron patrones de comportamiento, temas de conversación más frecuentes, etc. Además, utilizando las descripciones aportadas por los participantes, se generó mediante herramientas de IA una recreación visual del perfil medio del cuñao para complementar los resultados del estudio.
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