Supersticiones y fenómenos paranormales en España: las regiones más creyentes
El aire empieza a enfriarse, las calles huelen a leña y a boniatos asados: es oficial, el otoño ya está aquí. Y con él regresan los rituales de siempre para espantar la mala suerte, las malas energías… y hasta lo inexplicable. Pero no todos lo viven igual. En España, la superstición y la actividad paranormal cambian mucho según la región: hay quienes reconocen ser supersticiosos, quienes lo niegan, pero actúan como si lo fueran y, por supuesto, los lugares donde lo paranormal se siente con más fuerza.
Con motivo de Halloween, hemos querido poner números a todo esto. Para ello, hemos actualizado nuestro último estudio, ampliando la muestra hasta 10.000 encuestados en todo el país. El cuestionario incluyó desde preguntas sobre supersticiones cotidianas hasta creencias en lo paranormal, y fue interpretado junto a sociólogos especializados para entender no solo lo que la gente dice, sino también cómo se comporta en realidad. El resultado: un mapa de la superstición en España que revela quiénes creen más, quiénes lo esconden y dónde se concentran los fenómenos más inquietantes.


Estos son los resultados clave más importantes del estudio:
Galicia lidera la superstición en España: un 34% de gallegos admite ser supersticioso, seguida de Andalucía (31,7%), Cataluña (30,1%) y Canarias (28,6%).
Las manías que nunca mueren: las Uvas de la Suerte en Nochevieja siguen imbatibles (52,8%), seguidas por el poder de las estrellas para cumplir deseos (38,3%) y la creencia en brujas, curanderas o videntes (39%).
Mapa provincial de supersticiones: Pontevedra, A Coruña y Granada encabezan el ranking.
Los supersticiosos que lo niegan: A Coruña, Lleida y Tarragona concentran el mayor número de “escépticos de fachada” que, en realidad, siguen rituales.
Donde lo paranormal pisa fuerte: Toledo, Jaén, Tarragona y A Coruña lideran la lista de provincias con más actividad extraña registrada.
Galicia, Andalucía, Cataluña y Canarias: los reyes de la superstición
Galicia confirma lo que todos sospechábamos: las meigas existen... al menos en las estadísticas. Con un 34% de gallegos que se declaran abiertamente supersticiosos, la comunidad se lleva el oro en el ranking nacional del esoterismo. Andalucía se cuelga la plata (31,7%), seguida de Cataluña (30,1%) y Canarias (28,6%), que mantienen vivo su folklore más místico.
El detalle provincial deja un mapa aún más pintoresco. Pontevedra se erige como la capital indiscutible de la superstición: el 40,5% de su población admite creer en lo paranormal, un dato que pulveriza la media nacional (24,8%). Le siguen A Coruña (38,1%) y Granada (36,6%), completando así un podio dominado por Galicia y Andalucía.
Del norte al sur, pasando por el Mediterráneo y las islas, así se reparte el top 10 provincial de la superstición:
Província | Población declarada supersticiosa |
---|---|
Pontevedra | 40,5% |
A Coruña | 38,1% |
Granada | 36,6% |
Almería | 34,1% |
Sevilla | 33% |
Tarragona | 32,6% |
Málaga | 32,4% |
Lugo | 32,3% |
Las Palmas | 31,8% |
Jaén | 31,6% |
El top 10 confirma dos cosas: que Galicia y Andalucía mandan en el mapa de la superstición y que Cataluña y Canarias también reclaman su hueco con fuerza. Tarragona, sexta con un 32,6%, se convierte en la provincia catalana más supersticiosa, mientras que Las Palmas (31,8%) lidera dentro del archipiélago. En conjunto, todas ellas muestran que la fe en lo paranormal no entiende ni de norte ni de sur: se reparte por todo el país.
Superstición clandestina: Cataluña lidera las creencias que nadie admite
No todo el mundo se atreve a reconocer sus supersticiones… aunque luego no falte a los rituales para espantar la mala suerte. Es el fenómeno del “no creo, pero nunca está de más” y Cataluña es su epicentro.
Lleida lidera con diferencia este ranking de creyentes en la sombra. Un 47% de su población reconoce que recurre a prácticas esotéricas, aunque, oficialmente, se declara no supersticiosa. La brecha entre lo que se confiesa y lo que realmente se hace llega aquí al 16%, la más alta del país.
Barcelona (44,4%) y Tarragona (45,4%) siguen el mismo patrón, ocupando la segunda y cuarta posición, con diferencias de 15% y 13% respectivamente entre los que se declaran incrédulos y los que luego no pueden resistirse a un ritual “por precaución”. Esta contradicción convierte a Cataluña en el territorio donde más se nota la distancia entre lo que se dice en público y lo que se practica en privado.
Fuera de Cataluña, la primera provincia en colarse en el top es Valencia. Con un 42,5% de practicantes “a escondidas”, la comunidad se coloca en tercera posición nacional, empatando con Tarragona en esa brecha del 13% entre discurso y práctica. Es decir, una parte importante de los valencianos asegura no creer en nada… pero aún así tocan madera, echan las cartas o evitan pasar bajo una escalera “por si las moscas”.
El ranking continúa con Baleares (36,6%) y Badajoz (37,7%), donde también hay un 12% de diferencia entre lo que se admite y lo que realmente se hace. En ambos casos, la fe en lo invisible se practica a media voz: no se confiesa, pero tampoco se abandona.
Uvas de Nochevieja: ¿tradición o conjuro colectivo?
Si hay una superstición que une a media España frente al televisor en la medianoche del 31 de diciembre, son las uvas de la suerte. Según el estudio, 1 de cada 2 españoles (52,8%) cree que comerlas atrae la buena fortuna. Para algunos es un ritual consciente; para otros, una costumbre que se disfraza de tradición, aunque reconocen que “no se sentirían tranquilos si empezaran el año sin hacerlo”. En otras palabras: se crean o no, nadie quiere tentar a la mala suerte arrancando enero sin doce uvas en el estómago.
En segunda posición se mantiene otro clásico del imaginario popular: pedir deseos a las estrellas (48,4%). Este año, el estudio incluyó también la manifestación, al entender que se trata del mismo gesto de confianza ciega en el universo, ya sea mirando al cielo o lanzando la petición “al aire”.
El tercer lugar abre la puerta a lo paranormal: el 39% afirma creer en brujas, curanderas o psíquicas. Todos hemos oído hablar de “la vecina que conoce a alguien que cura el mal de ojo”, y aunque otra cosa es creérselo, lo cierto es que estas figuras siguen teniendo un peso sorprendente en los círculos sociales.
El ranking completo de supersticiones en España queda así:
Uvas de la buena suerte de Nochevieja: 52,8%
Pedir un deseo a una estrella o manifestarlo al universo: 48,4%
Brujas, curanderas o psíquicas: 39%
La tabla Ouija: 39%
Tréboles de cuatro hojas: 31,9%
Lectura del Tarot: 28,5%
Pasar por debajo de una escalera: 25,4%
Romper un espejo (7 años de mala suerte): 22,9%
Abrir un paraguas en un espacio cerrado: 16,9%
Pisar un excremento de animal (y que traiga suerte): 16,1%
Amarre amoroso: 13,9%
Derramar sal: 12%
Tirar una moneda en el agua para pedir un deseo: 3,3%
Toledo, Jaén y Tarragona: las capitales de lo paranormal en España
Si España tuviera un mapa del más allá, Toledo estaría marcado con letras rojas. Según el estudio, un 34,1% de los toledanos asegura haber vivido alguna experiencia paranormal, lo que convierte a la ciudad en la capital indiscutible de lo inexplicable. Traducido a números, significa que Toledo concentra por sí sola un 4% de toda la actividad paranormal registrada en el país.
El podio lo completan Jaén (32,8%) y Tarragona (32%), dos provincias que también se sitúan como puntos calientes del misterio. Por detrás, el ranking continúa con A Coruña (31,8%), Pontevedra (29,8%), Badajoz (28,9%), Segovia (26,7%), Burgos (26,2%), Salamanca (25,4%) y Ávila (25,2%). En conjunto, estas diez provincias conforman el top de los lugares más “encantados” de España.
¿Y qué se vive en estas provincias? Las experiencias más frecuentes no son precisamente leves:
Sentirse observado encabeza la lista (46%). Una sensación persistente, asociada siempre a un lugar concreto y que vuelve al regresar a él.
En segundo lugar, los ruidos fuertes sin explicación (40%): golpes o estruendos en entornos donde no debería sonar nada.
Las apariciones ocupan el tercer puesto (26%): siluetas, rostros y figuras captadas tanto en directo como en cámaras o filtros de apps.
A continuación, los objetos que aparecen en otro sitio sin explicación (19%), movidos en circunstancias imposibles.
Y cierra el ranking la bajada brusca de temperatura en espacios cerrados (17%), un fenómeno que muchos especialistas relacionan con presencias no humanas.
En conclusión: ¡bu!
El mapa de la superstición en España dibuja un país donde Galicia confirma su fama de tierra de meigas, Andalucía demuestra que la tradición pesa tanto como el flamenco, Cataluña destaca no solo en las creencias abiertas sino también en las ocultas, y Canarias mantiene vivo su folklore insular. Las uvas de Nochevieja se consolidan como el ritual más compartido de norte a sur, mientras que Toledo, Jaén y Tarragona concentran las experiencias paranormales más intensas. En definitiva, superstición y misterio siguen siendo parte del ADN cultural, aunque cada región lo viva —y lo confiese— a su manera.
Metodología:
El estudio se realizó a través de una encuesta a 10.000 personas repartidas por toda la geografía del país. Las respuestas recogieron tanto la autodefinición como supersticiosas como la práctica de rituales y creencias asociadas a lo paranormal. Para garantizar la representatividad, se incluyeron todas las comunidades autónomas excepto Murcia y La Rioja, donde el número de encuestados no alcanzó el mínimo estadístico necesario. A partir de los resultados se elaboraron los porcentajes y rankings presentados en este informe, con un margen de error del ±2% y la interpretación de sociólogos especializados.
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